• Autor del texto – Antonio Cuadra
  • Autor de fotos – AC
  • Autor acción – José Ramón Girona
  • Fecha – 30/08/2015

En el Reino Unido existe una verdadera pasión por los scooters clásicos, respetando su estructura pero “alicatándolos hasta el techo” en cuanto a preparaciones y tunings. Como escasean los modelos con más de 40 años, a Scomadi se le ha ocurrido “remasterizar” la Lambretta de la última serie con la tecnología del siglo XXI y con precios más populares.


Scomadi TL 125 El Scootering levanta pasiones en el Reino Unido. Se trata de restaurar una Vespa o Lambretta de las décadas de los sesenta o setenta pero tuneándolas a tope con toda clase de artefactos como frenos de disco, escapes tipo tabarros, cilindros de superior cilindrada, suspensiones mejoradas, decoraciones… Alrededor de esta moda hay muchas marcas con un catálogo de lo más extenso. Dos de ellas son Scooter Innovation y PM Tuning Racing Products que se unieron bajo la marca Scomadi hace unos pocos años para reeditar la última serie de Lambretta en una edición artesanal limitadísima a 10 ejemplares con motor Piaggio de 250 cc y carrocería de fibra de carbono. El éxito fue total y literalmente se “las quitaron de las manos” lo que les animó a una segunda serie de ejemplares con el motor Piaggio QUASSAR de 300 cc. Habían encontrado un nuevo nicho en el mercado Scootering pero han ido más allá produciendo este modelo en series más extensas, con cilindradas más populares (50 y 125 cc) e incluso comercializándolo en todo el mundo. Más adelante aparecerá una versión de 300 cc aunque se descarta la procedencia Piaggio para no encarecer el producto.

Scomadi TL 125

Para ello contactaron con un fabricante chino de calidad como es Hanway. Nuestros lectores ya conocen dos de sus modelos de 125 cc: la moto retro Raw y el scooter de rueda alta Tourer. Obviamente, se desechó la exclusividad de la fibra de carbono pero las mismas formas se emplearon en plásticos ABS de generoso grosor.

Y así es como nos llega la TL 125, iniciales de Turismo Leggera para recalcar la inspiración retro italiana. De hecho, en el mismo logo de Scomadi aparece la bandera tricolor transalpina. Durante nuestra prueba, la TL de Scomadi causaba sensación por donde pasaba, incluso más de la que tuvimos en su momento con la Lambretta LN 125, algo lógico por la gran similitud con el diseño original. Incluso conserva la misma suspensión por doble sistema de bieletas oscilantes que sirvió en su época de argumento de ventas de que no iba a la “pata coja” como su directo competidor. Sobre esa base, Scomadi ha añadido su dosis de “scootering” con amortiguadores oleoneumáticos de calidad con muelles de paso variable y ajuste de precarga por medio de tuerca y contratuerca. También tendencia “scootering” es el freno de disco con perímetro lobulado o “wave”.

Detrás se confía la impulsión a una mecánica también refrigerada por aire forzado pero de ciclo cuatro tiempos y transmisión automática por variador como se estila en cualquier otro scooter actual. Eso sí, también con freno de disco posterior y calzado con ruedas de 12 pulgadas en ambos ejes en lugar de las de 10 originales.

Scomadi TL 125

A pesar de lo voluminoso que resulta el cuerpo trasero de la TL 125, Scomadi no ha previsto incorporar bajo el asiento un hueco para guardar el casco como se hace en cualquier scooter actual y solo encontramos el depósito de gasolina (con tapón con cerradura ya que el asiento no la incluye). Entre el extremo trasero del asiento y el piloto posterior se añade una parrilla portabultos, recordando a la original que permitía llevar encima la rueda de repuesto.


A bordo

Scomadi TL 125

Nada más sentarnos en la TL se aprecia que es difícil llegar con los dos pies al suelo. No por los 805 mm de altura del asiento sino más bien por lo ancho que resulta el cuerpo de la carrocería en la zona de paso de las piernas y que obliga a separarlas más de lo habitual con la consiguiente traba para “echar el ancla” en los semáforos.

A los mandos e iniciando la marcha, la TL resulta cómoda siempre y cuando no estés conduciéndola más de media hora porque, pasado ese tiempo, el espumado del asiento cede y terminas apoyado sobre su dura base. La posición de conducción que se adopta viene marcada por un manillar bajo y próximo a la cintura que mantiene una posición con la espalda erguida y los brazos pegados al cuerpo, correcta para circular por ciudad. No hay problemas de habitabilidad para usuarios altos y todos sus mandos están en el sitio correcto con buen tacto.

Scomadi TL 125

Se mueve con cierta agilidad en la ciudad. El motor responde a cualquier solicitud del acelerador y eso te permite destacarse del resto del tráfico en los semáforos. Pero no le pidas que te lleve rápido por vías de circunvalación y carretera abierta.

Tecnológicamente ese motor es muy sencillo confiando en soluciones tradicionales como la refrigeración por aire forzado, culata de dos válvulas y alimentación por carburador, lo que permite seguir confiando en un pedal de arranque para la puesta en marcha cuando la batería esté en las últimas.


Línea de tierra

Scomadi TL 125

Como ya hemos adelantado, la Scomadi mejora la fórmula original de Lambretta con ruedas de 12 pulgadas en lugar de las clásicas de 10 pulgadas. Eso, por supuesto, repercute en una mejor estabilidad y seguridad de conducción. Calza unos neumáticos de la marca Duro que al menos en seco ofrecen un agarre correcto.

En cuanto a frenos, los dos discos de la TL 125 te detienen al instante. Esos discos Wave (en medida no declarada) muestran potencia y buen tacto para dosificarla. A destacar el detalle de calidad de unos latiguillos de trenzado metálico.

Scomadi TL 125

Pasando a las suspensiones, la delantera nos ha dejado más que satisfechos. Conserva el esquema original de bieletas oscilantes (a ojímetro hasta las mismas dimensiones), con la mejora de dos amortiguadores de calidad. A pesar de que su recorrido es más corto que el de una suspensión telescópica convencional, lo aprovecha bien con un tarado correcto y un funcionamiento confortable. Detrás, el único amortiguador no combina bien con la suspensión delantera; el tarado es más duro y se recupera de forma más seca. Cuenta con ajuste de precarga pero no es muy accesible por lo envolvente que es la carrocería y caja del filtro de aire.

 


En compañía

Scomadi TL 125

El motor no se queja en absoluto a la hora de cargar con el peso extra que supone el pasajero. Ningún problema para que nuestro acompañante se acomode en la parte posterior del asiento; incluso dispone de una ligera inclinación que le indica dónde se acaba. No hay asideras, por lo que deberá sujetarse a la parrilla portabultos que se encuentra más baja y por detrás. Tampoco hay estriberas debiendo recurrir para apoyar los pies a las prolongaciones laterales traseras de la plataforma, y éstas son demasiado estrechas dejando medio pie en voladizo.


Con lupa

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El manillar, y sobre todo el faro es de “estilo libre” ya que no se parece al faro Lambretta de contorno poligonal. Utiliza bombilla halógena H4, cristal sin tramado y parábola multiconvex. Nunca hemos visto un cuadro de instrumentos que reúna tanta información en tan poco espacio: cuentavueltas, nivel de gasolina, velocidad con un decimal, cuentakilómetros total y parcial, reloj horario/cronómetro y velocidad máxima. Los testigos son LEDs. Debajo del asiento no hay hueco para guardar el casco y eso que el voluminoso cuerpo de la Scomadi permitiría incluirlo. Solo encontramos el tapón de gasolina del depósito de ¡11 litros de capacidad! que incluye cerradura ya que el asiento no la tiene.
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Los espejos retrovisores son muy simples. En el extremo superior de la varilla que los fija a las piñas cuentan con dos articulaciones. La que permite moverlos en horizontal tiene el tope demasiado pronto para conseguir el ajuste perfecto. El motor incorpora los anclajes de la pinza del disco posterior. El disco se encuentra justo en el plano de simetría del vehículo para que sea más neutral si derrapa por bloqueo, aunque está menos expuesto a la refrigeración. Ventajas de seguir empleando la alimentación por carburador: pedal de arranque. Algún día, la batería dirá adiós y el pedal nos sacará de un apuro ya que un motor automático no se puede arrancar a empujón.
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Las tripas de la Scomadi sin el cófano lateral izquierdo. Se quita con tres tornillos y se monta encajándolo en el perímetro de la carrocería central. Hay mucho espacio desaprovechado que podría permitir incluir el hueco para el casco. Detalles bien cuidados en el puño derecho: contrapesos cromados y una piña de buen taco que incluye interruptor de intermitentes de emergencia (Warning). Se ha condenado el interruptor de luces: van encendidas a piñón fijo. La piña izquierda sigue el esquema que ha empezado a imponer Honda de cambiar la situación del botón de claxon por la del conmutador de intermitentes (posición natural del pulgar izquierdo). En la parte superior el conmutador largas-cortas sin ráfagas.
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Debajo de la parte delantera del asiento, la Scomadi también cuenta con una trampilla que sirve para acceder a la batería. Aunque queda espacio libre, no es conveniente guardar pequeños objetos ya que se pueden caer por los laterales de la caja. La guantera central tiene una capacidad sorprendente típica de los scooters de la década de los setenta. Se abre con la misma llave del contacto, y desde su interior se accede a los intermitentes delanteros. La parrilla portabultos cubre el hueco inclinado que hay entre el final del asiento y el piloto trasero. Incorpora un asa trasera para maniobrar el scooter y otras pequeñas laterales para enganchar redes elásticas.
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El piloto trasero es idéntico al original, sobre todo por la base de plástico negra con los relieves. La diferencia se encuentra en que en el interior se emplea una matriz de diodos LEDs para iluminar la posición y luz de freno. Esta es una de las prolongaciones laterales del suelo del TL 125 que sirven de estriberas fijas para el pasajero. Como se puede ver son muy estrechas y dejan en voladizo la mitad de cada pie. No hay caballete lateral, ni cuenta con anclaje para añadirlo como accesorio. Solo tiene el central que deja la rueda trasera en el aire. Se sube fácilmente el scooter sobre él gracias a la palanca que es accesible por el lado izquierdo.
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Las formas delanteras son prácticamente idénticas a las de las últimas series de la Lambretta fabricada en España hasta 1990: guardabarros delantero fijo y nariz achatada acabada en calandra. El asiento es de diseño propio con inspiración en las motos y scooters de los años sesenta por el tapizado con relieves transversales y el ribete blanco que une las costuras. El “respingo” trasero viene bien para que el pasajero sepa donde se acaba el asiento. Los intermitentes van integrados en la carrocería enrasando la tulipa transparente con la superficie de los plásticos. En el interior de cada intermitente encontramos 6 diodos LEDs de color naranja.
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Las formas de la carrocería tan envolventes obligan a bajar la altura del silenciador de escape. Cuenta por supuesto con una placa protectora. La toma de aire del caracolillo del aire forzado queda bastante oculta. La plataforma para apoyar los pies es casi plana elevada ligeramente en su centro por el paso del tubo central del bastidor. Como el modelo original, también se recurre a las tirillas de goma como elemento antideslizante. El tren delantero es prácticamente idéntico al original: una horquilla rígida de cuyos extremos inferiores parten unas bieletas basculantes que soportan el eje de la rueda delantera. En las bieletas también se apoyan sendos amortiguadores de calidad.

 

 El detallazo

Scomadi TL 125

Una de las ventajas de utilizar las antiguas suspensiones por bieletas es que permiten ofrecer un sistema antihundimiento o “antidive” que mejora la seguridad en la conducción evitando el “agachamiento del hocico” típico de cuando se usa el freno delantero. En el TL 125 encontramos que la pinza que muerde el freno de disco delantero se encuentra sujeta a un soporte que, a su vez, se apoya en el eje de la rueda y a un tirante sujeto a la parte fija de la suspensión. Así, cuando se hace uso del freno delantero, se provoca una reacción en la pinza que impide que se compriman los amortiguadores consiguiendo que no se hunda el tren delantero.

 Como dos gotas de agua

Scomadi TL 125

Pudimos comparar la Scomadi TL 125 con una Lambretta SX de las últimas series que se fabricaron en España y el parecido es más que evidente como lo demuestra la fotografía: las formas del guardabarros delantero fijo (aunque la TL monte otro pegado a la rueda), la nariz con un embellecedor que cubre el claxon, plataforma para apoyar los pies con las prolongaciones laterales, inclinación de la carrocería hasta el piloto trasero, suspensión delantera… No te extrañe que a su paso más de uno piense que la Lambretta de toda la vida ha resucitado. Con más detenimiento puedes observar sutiles diferencias.


Prestaciones con nuestro equipo de telemetría

Aceleración 0-50 m 4,94 s (52,1 km/h)
Aceleración 0-100 m 8,04 s (63,2 km/h)
Aceleración 0-400 m 21,78 s (88,8 km/h)
Aceleración 0-1.000 m 45,27 s (93,0 km/h)
Aceleración 0-100 km/h NO LLEGA
Velocidad máxima 97,2 km/h
Consumo 4,11 l/100 km
Autonomía 268 km
Peso total lleno 122,5 kg
Reparto tren delantero 37,6%
Reparto tren trasero 62,4%

Estilo clásico
Frenos potentes
Uso urbano
Suspensión trasera
Sin hueco casco
Precio

Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes


 Ver FICHA TÉCNICA/EQUIPAMIENTO/PRECIO/IMÁGENES de la Scomadi TL 125

Rivales directos Daelim Besbi 125
Keeway Zahara 125
Kymco Like 125
Lambretta LN 125
LML Star 4 Automatica 125
Peugeot Django 125
SYM Alló 125
SYM Fiddle III 125
Vespa Primavera 125 3v
Vespa Sprint 125 3v
Yamaha D’elight 115

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