• Autor del texto – Javier Rodríguez (enviado especial)
  • Autor de fotos – Javier Rodríguez
  • Fecha – 24/10/2011

A tan sólo dos horas de Chongqing se encuentra el monte JinFo, lugar de la fiesta de la motocicleta MotorRally, una de las muchas actividades singulares del CimaMotor a la que pudimos asistir. Allí se dan cita cada año los grandes aficionados a la moto de China, donde se respira una buena sintonía entre todos ellos y pasan muy buenos ratos… a su aire.


En paralelo a la feria de CIMAMotor se organiza la fiesta de MotorRally, a la que también pudimos asistir los medios que damos cuenta de los eventos organizados de CIMAMotor. Perdida entre las innumerables montañas que rodean Chongqin se halla el monte JinFo, un paradisíaco lugar de colinas escarpadas y profundas gargantas, cubierto de frondosos bosques de bambú. En este idílico lugar, la oleada de modernización que sacude China parece no haber llegado y resulta difícil imaginar que esté localizado a tan sólo un par de horas de la populosa Chongqing. Es lo que tiene un país de contrastes como este.Es, sin lugar a dudas, el sitio ideal para celebrar una fiesta de la moto. Aunque, en realidad, la fiesta no deja de ser más que una excusa para disfrutar del magnífico viaje a través de la sinuosa carretera que une Chongqing con el monte JinFo. La fiesta comienza según van apareciendo los motoristas. Estos, al llegar, van alineando sus motos en torno al lugar de la reunión y, acto seguido, proceden a la ronda de saludos con el resto de asistentes. Estos son a menudo tan efusivos, que ocasionan la caída de las motos, con el consiguiente efecto dominó; afortunadamente, no hay que lamentar daños mayores que un par de rozaduras y algún retrovisor roto, pero se lo toman con filosofía.

Después, comienza la cena con la típica comida ultrapicante de Chongqing. Para el que no la haya probado, le diré que los mismos enviados especiales mexicanos que asistieron reconocían que “picaba” más que la suya. Imaginaos. La “digestiva” cena se ameniza con actuaciones musicales y discursos, todo dentro del sosiego oriental de que esta gente hace gala. Una vez finalizada, se procede al exótico concurso de belleza Miss Motorcycle, en el cual una veintena de agraciadas chicas tratan de conquistar el favor del público, pues es el propio publico el que hace de jurado eligiendo a la ganadora. La forma de votar es bien sencilla: a cada asistente se le da una pegatina del evento y debe colocarla directamente en su favorita. No vale hacer trocitos y sacar a pasear las manos más de lo que te corresponde. Al final, las más votadas parecen un álbum de cromos y se intuyen, más que se pueden ver, sus encantos. La ganadora fue una bellísima mestiza de ojos claros.

Finalmente, un baile con todos los asistentes compone la despedida a esta original y simpática fiesta motera china, que esperamos tener el placer de repetir algún día.


Sin perder detalle

A su llegada, las motocicletas se alinean perfectamente en torno al lugar de la fiesta. El parking apenas difiere del de cualquier concentración europea, aunque lo que se lleva son naked deportivas y customs. El MotorRally es una buena ocasión de encuentro de grandes amigos con una afición común: las motos. Los abrazos pueden ser tan efusivos que hacen desequilibrar algunas de las motos aparcadas, sin mayores consecuencias.
Los asistentes disfrutan de la típica comida picante de Chongqing. Hay bebida suficiente para apagar el “fuego”. No podía faltar la foto de grupo de los protagonistas del MotorRally y la prensa mundial que asistió al CimaMotor.
La moto es la protagonista del acto y estuvo muy bien amenizado por grupos chinos de rock duro. ¿Quién dijo que los chinos no saben divertirse? Momento de la elección de Miss Motorcycle. Cada asistente colocaba una pegatina en la chica de su elección. La de la izquierda parece ser una de las principales candidatas al título.
Finalmente, esta señorita de ojos claros se hizo con el título de Miss Motorcycle. Con toda justicia. Y para el final, baile y buen humor entre los asistentes. Nos volveremos a ver el año que viene.

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