• Autor del texto – Moto125.cc
  • Fecha – 06/04/2014

Luis Azcue El pasado viernes 4 de abril murió Luis Azcue en San Sebastián a los 72 años. Un profesional de la comunicación ligado a los inicios de Piaggio en España a través de Moto Vespa, posteriormente Piaggio España, donde comenzó desde abajo en los inicios de la fábrica madrileña de Julián Camarillo 6.

Todo un caballero que tuvo el mérito de formarse así mismo y crear escuela en el mundo de la moto. Nos transmitió esa parte de la historia de las motos y scooters fabricados en España, con el protagonismo de las Vespa, Vespino, Gilera y Puch.

A su pesar, tuvo que dejar la comunicación de Piaggio en octubre de 2001 después de ser testigo del inicio de la debacle de nuestra industria con el cierre de las instalaciones de Julián Camarillo en julio del 2000 y la compra de Derbi por Piaggio a comienzos del 2001, que transmitió él mismo a los medios de comunicación.

Descanse en paz.

Reproducimos la dedicatoria de Santiago Elejabeitia propietario del concesionario MotoShop de Madrid, gran amigo y colaborador de Luis Azcue:

La Vespa está de luto: de luto riguroso. Luis Azcue Gamallo –el que fuera el mejor director de Comunicación de Moto Vespa (hoy Piaggio)- nos ha dejado. En silencio, sin molestar, discretamente como a él le gustaba vivir. Un señor, de los pies a la cabeza. Vasco de nacimiento y de corazón, madrileño de adopción y ciudadano del mundo. Su bigote inconfundible, sus gafas redondeadas y una lustrosa media melena plateada que lucía casi desde niño era, para todos los que le conocimos, símbolo de sabiduría, de amabilidad, de hombría. Un maestro, un referente para todos los que, de una u otra manera, estamos vinculados al mundo de las dos ruedas. Los que le conocimos, le admiramos. Le querremos. Siempre. Era un hombre bueno, de carácter dulce como la diabetes que le acompañó media vida. Entregado a su profesión y a su familia, a la que quería y defendía por encima de todo.

Hoy nos ha dejado. Y lo ha hecho muy cerca de la tierra que le vio nacer: en Irún, donde se había retirado a disfrutar de sus paseos, cansado de luchar por las dos cosas que más le gustaban: las motos y la comunicación.. Su trato afable y cordial, unido a su gran profesionalidad, le valió el cariño y respeto de todos los que le conocimos.

Descanse en paz. Ráfagas Luis