- Autor del texto – Vicente Arenas
- Autor de fotos – Sym-Bordoy (JC Orengo)
- Autor acción – VA
- Fecha – 29/07/2018
Sym da un paso más hacia la perfección en el scooter Gran Turismo con este Cruisym 125, que supera aún más el buen sabor de boca que nos dejó la última versión del Joymax. El nuevo modelo aporta una carrocería de nuevo diseño, una muy estudiada posición de conducción, gran capacidad de carga, nada menos que 14,3 CV de potencia y un precio de lo más atractivo (3.999 €) que incluye seguro por un año para usuarios de más de 21 años.
Cualquier buena marca de scooters que se precie de ello, busca destacarse en la categoría reina de los scooters GT sin lugar a dudas el segmento más competitivo del mercado en el que se combinan –sobre todo en la cilindrada de 125 cc– tecnología, diseño, confort, prestaciones y capacidad de carga. La experiencia de Sym en este segmento comenzó en 2005 con el GTS 125/250 al que cinco años más tarde le llegó una renovación estética en su frontal con la variante GTS Evo. En el 2012 llega la renovación con el Joymax que solo conserva el propulsor del GTS, elemento que fue sustituido en 2017 por la nueva mecánica de 15 CV con sistema de parada a ralentí Start&Stop y la adopción (opcional) del sistema antibloqueo de freno ABS de Bosch así como la diversificación en dos variantes: la elegante Comfort con parabrisas elevado, asiento con respaldos para el confuctor y pasajero, y la deportiva Sport con parabrisas recortado y decoración más agresiva.
Todavía tenemos reciente la última versión adaptada al Euro 4 que superaba en prestaciones a las versiones anteriores.
Ese buen hacer de Sym en el segmento del GT se manifiesta en las ventas con una cuota de mercado en constante crecimiento desde 2014 a la actualidad en la cilindrada de 125 cc, mientras las tendencias del mercado, sobre todo desde el efecto fin de serie de la Euro 3, han ido decreciendo aunque con un cambio de tendencia en este 2018.
Precisamente para atender la demanda prevista para este año y los siguientes, Sym se renueva con este Cruisym. Salta a la vista que estéticamente es mucho más agraciado con formas completamente nuevas y, por supuesto, más acertadas, dotando al frontal de más agresividad con un doble faro con ópticas polielipsoidales iluminadas por sendas bombillas halógenas H11 de 55W cada una que emiten una luz blanca muy similar a las de descarga Xenon. Sobre estos focos principales se sitúan sendas hileras de LEDs Day Light, a modo de cejas imitando la mirada penetrante de un águila que se completa con un pequeño “pico ” en símil fibra de carbono a modo de toma de aire estilo aeronáutico Ram Air.
La tecnología LED también está presente en la parte posterior con una señalización que corre a cargo de un llamativo piloto hexagonal 3D con multitud de diodos en su interior. Por encima del piloto se ubican a ambos lados los intermitentes traseros también en LED, mientras que los delanteros emplean la base de los retrovisores que, como es habitual en los GT de la marca, se sujetan a la carrocería del vehículo como en las motos deportivas, dejando libre el manillar.
El cuadro de instrumentos combina elementos analógicos (aunque de funcionamiento electrónico) con una pantalla LCD retroiluminada: velocímetro con final de escala en 140 km/h y cuentavueltas con una zona rojo muy conservadora que empieza a las 8.500 revoluciones. La pantalla reúne mucha información: dos niveles gráficos dedicados al nivel de gasolina y a la temperatura del refrigerante, con un voltímetro que se convierte en reloj horario y el obligado cuentakilómetros total y parcial que también advierte de los kilómetros que faltan hasta la siguiente revisión. La parte superior de la pantalla se completa con un par de iconos-testigos que avisa si nos hemos dejado la pata de cabra extendida o el hueco del casco abierto. Además cuatro testigos luminosos en la parte central superior del cuadro (intermitentes independientes, luz larga e inyección) junto con el del ABS que se encuentra dentro de la esfera (o mejor dicho, pentágono) del velocímetro.
A destacar del nuevo Cruisym el hecho de disponer de un parabrisas regulable en altura, dos pequeñas guanteras en el salvapiernas (una sin protección de cerradura) en cuyo interior se encuentran los dos tipos de toma de corriente (USB y mechero), cerradura de contacto multifunción con obturador del bombín, y un espacioso compartimento principal de carga para dos cascos integrales con iluminación e hidráulico que lo mantiene abierto.
El calzado y frenos no cambia con respecto al Joymax: ruedas de 14 y 13 con neumáticos anchos de perfil bajo con sus correspondientes discos de 260 y 240 mm de perímetro Wave y conectados a los dos canales de un modulador ABS firmado por Bosch.
Primeras sensaciones
Pese a su aparente gran envergadura (de hecho es un poco más largo y alto que su predecesor el Joymax), una vez instalado observamos que es válido para todo tipo de tallas, gracias a una altura de asiento muy contenida de tan solo 750 mm. Esto no es óbice para que los más altos también nos sintamos cómodos dada la amplitud de la que hace gala el Cruisym.
Elevando los pies sobre las plataformas horizontales con el fin de iniciar la marcha, se adopta una postura normal de conducción bastante cómoda que se puede complementar estirando las piernas y apoyando los pies sobre las plataformas inclinadas para carretera abierta (modo Cruising, como denomina Sym). Hasta ahí lo habitual que podemos encontrar en casi cualquier scooter GT Premium del mercado, pero Sym va más allá y aporta como novedad la postura que denomina “Accelerating” apoyando los pies en unas bases situadas detrás de las plataformas horizontales a modo de estriberas retrasadas como ocurre con las motos deportivas.
El buen sabor de boca que nos dejó el Joymax se ve remarcado en el Cruisym al emplear una suspensión trasera nueva y una horquilla optimizada que palpan las irregularidades del terreno sin transmitirlas al piloto.
Para la presentación de este Cruisym, Bordoy nos preparó una excursión de casi 100 km por L’Emporda gerundense. Un bonito trazado para disfrutar del paisaje y de un comportamiento intachable del Cruisym demostrando que no tiene ningún complejo para afrontar largos recorridos con sus 125 cc.
En las carreteras de segundo orden, su estabilidad es impecable, con ascensos y descensos muy retorcidos en los que nos permite mantener un ritmo vivo que pocos scooters podrían seguir. Todo ello sin hacer un renuncio y con una sensación de seguridad sorprendente.
La frenada, con ABS en las dos ruedas nada intrusivo, está más que garantizada siendo el freno delantero especialmente potente.
A falta de prueba a fondo y medición de prestaciones con telemetría, podemos asegurar que, como ya sucedió con el Joymax Euro 4, el motor no sólo no ha perdido potencia sino que la ha aumentado respecto a la Euro 3.
Acelera con decisión desde parado cómo los mejores, si no el mejor de la categoría, y llaneando mantiene sin dificultad los 110-115 km/h de velocímetro con puntas de 125 km/h donde aparecía el corte de encendido.
En resumen, Sym se ha superado a sí misma con el Cruisym, un scooter que está dispuesto a posicionarse en lo mejor de la categoría, atractivo, moderno, amplio, ágil y con unas brillantes prestaciones, al que un precio de 3.999 € y una promoción de lanzamiento de 5 años de garantía y seguro a terceros con robo, asistencia e incendio incluidos desde los 21 años (lo habitual son 25 años) ponen la guinda al pastel.
Primer vistazo
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