• Autor del texto – Moto125.cc
  • Autor de fotos – LML
  • Fecha – 22/03/2011

  La LML Star 125, ahora refuerza su inspiración “vintage” con una serie bicolor que se ofrece en dos juegos a elegir: marfil-naranja y marfil-aguacate.

El arte de la pintura bitono de carrocerías proviene de la industria automovilística norteamericana de los años 50, un estilo de decoración en los que tenía cabida cualquier material, pero siempre formando juegos bicromáticos. Resultó ser de una personalidad tal, que el estilo ha creado una impronta que hoy se sigue asociando a aquellos tiempos dorados de la automoción. Esta tradición extendió al scooter, como concepto de moto carrozada que es, y hay numerosos ejemplos en la prolífica familia de scooters italianos, como por ejemplo en las Innocenti Lambretta de 1962, o las Motobi Catria o Export de 1957.

Fiel a su origen, las nuevas LML Star Bicolor nos devuelven el esplendor y el innegable atractivo de aquellas carrocerías de dos tonalidades. El protector para la carrocería de aluminio y la rueda con los flancos blancos completan un scooter con uno de los estilos retro más conseguidos que hoy puedes encontrar. Lleva incorporado el portaequipajes delantero y trasero para que, estéticas aparte, sea un medio de transporte más cómodo y funcional.

En cuanto a características técnicas, el motor de la LML Star bicolor es un 4T con distribución OHC (por cadena) y dos válvulas, con un par de 9,15 Nm a 5.000 rpm, alimentado por un carburador Keihin de 18 mm. Para el desarrollo de la nueva mecánica, se mantiene todo el piñonaje de la caja de cambios (incluido el cangrejo-selector característico) e, incluso, la transmisión primaria y el embrague, por haber demostrado una fiabilidad más que probada. Los cárteres, en cambio, se han agrandado para mejor engrase del grupo térmico, así como la caja y el filtro del aire.

Al no contar con transmisión secundaria, que es lo habitual en todos los scooters, hay un notable ahorro de componentes, mantenimiento y pérdidas por rozamientos. Bastidor y suspensiones son los clásicos y sólo resulta anacrónico el freno delantero, que es de disco por evidentes cuestiones de seguridad. El equipamiento es ciertamente espartano, fiel a su condición de scooter sencillo, pero, sin embargo, no se escatiman medios para dotarle de la legendaria rueda de repuesto y la comodidad del sistema de arranque eléctrico.

El precio de esta “retro” 125 es de 3.150 euros.

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