- Autor del texto – Antonio Cuadra
- Autor de fotos – AC
- Autor acción – Vicente Arenas
- Fecha – 26/5/2019
SWM está de vuelta. La mítica marca italiana de la década de los ochenta y ligada al offroad de competición, resucita de la mano de Ampelio Macchi que busca en este renacimiento recuperar la fórmula de las motos desarrolladas y fabricadas en Italia con componentes de calidad e impulsadas en la cilindrada de 125 cc por un motor propio a la vez potente, tecnológico y muy divertido. Un buen ejemplo de lo que decimos lo tenemos en esta Outlaw 125.
Cuando BMW vendió la marca Husqvarna a KTM, hubo cierta lógica inquietud en la fábrica de Varese (Italia) donde se producían. No sólo el equipo humano sino también toda la tecnología y maquinaria de producción iban camino de desaprovecharse, hasta que a Ampelio Macchi, el diseñador y jefe de equipo en marcas como Cagiva, Husqvarna y Aprilia, se le ocurre la idea de hacer una oferta a BMW por la factoría de Varese para lo cual se asocia con Daxing Gong, propietario de la marca china Shineray.
Y así, en 2014, justo 30 años después del cierre de la mítica marca italiana SWM, Machi y Gong la resucitan en el Salón de Milán, continuando bajo esta marca la evolución de los anteriores modelos de Husqvarna e incluso desarrollando nuevos modelos y motores como el 125 cc que nos ocupa en estas páginas de Moto125.cc.
De hecho, en la SWM Outlaw 125 todo es absolutamente nuevo empezando por la mecánica que la impulsa: la Bialbero, como reza en la tapa del alternador por el lado izquierdo. Se trata de un monocilíndrico 4T de última hornada refrigerado por agua con caja de cambios de seis velocidades y culata DOHC 4v capaz de rendir la potencia máxima para esta categoría: 15 CV. Además de la Outlaw 125, el Bialbero da vida al resto de la gama SWM del octavo de litro: la Ace of Spades (diferente nombre aunque se trata de la Outlaw con depósito negro), la enduro RS 125, la supermotard SM 125 y una naked deportiva Varez 125 de inmediata aparición.
La parte ciclo de la Outlaw es además prácticamente común con la versión 500 (con motor Shineray de 445 cc y estilo Scrambler (el trail de los ‘60) lo que le da un atractivo añadido de parecer una moto más grande de lo que es. Con ese potente motor la SWM Outlaw compite en la subcategoría de las “Vintage Premium” donde también se encuentran la FB Mondial HPS (3.495 €), Rieju Century (3.499 €) y la Honda CB125R (4.275 €), pero marcando diferencias. La principal es que está fabricada en Italia y no en Asia (algunos componentes de la Rieju se hacen y montan en Figueres) y que, para su construcción, se ha contado con los mejores componentes que ofrece el mercado como es el caso de las suspensiones Fast Ace (horquilla invertida de 41 mm y amortiguadores oleoneumáticos) ambas regulables en extensión (único caso en la cilindrada de 125 cc), los neumáticos Pirelli Scorpion Rally STR, alumbrado Full-LED incluyendo el faro, instrumentación por pantalla LCD, empuñaduras ProGrip, manetas y puño de acelerador Domino, inyección Synerject, … Incluso su precio, 3.745 €, con todos estos “incentivos” resulta hasta muy atractivo sobre el papel comparándola con la competencia. Así que veamos cómo se comporta.
A bordo
Aunque tenga un ciclo común con el modelo de 500 cc, lo cierto es que la Outlaw no es una moto de gran envergadura. Sobre su asiento elevado a 805 mm del suelo, se llega sin esfuerzo con las dos plantas de los pies al suelo e incluso, las tallas medias entorno a los 170 cm, flexionan ligeramente las piernas. Iniciando la marcha los pies se apoyan en unas estriberas no tan retrasadas como en motos de tendencias deportivas y con las manos en un manillar alto aunque quizá algo más ancho de lo normal. Es algo característico de una moto “campera”, aunque cuidado con sus dimensiones a la hora de hacer “pescadillas” urbanas ya que hay que tener en cuenta el añadido de los contrapesos en los extremos y puedes correr el riesgo de golpear los retrovisores de los coches.
Ante el motor hay que descubrirse. Es muy divertido porque sube de vueltas con mucha alegría estirando hasta las 11.500 vueltas donde aparece el corte de encendido. A ojo, porque la escala del cuentavueltas acaba en 11.000 revoluciones y ves cómo sigue subiendo la velocidad. Pero lo mejor es que tiene otra personalidad más tranquila y elástica permitiendo que tengas tracción aprovechable desde 4.500 rpm, y eso le hace muy adecuado también para los usuarios menos experimentados y para emplear a diario en los desplazamientos urbanos.
Si necesitas salir por carretera abierta te demostrará su polivalencia ya que en su velocímetro ves cómo alcanza los 120-121 km/h que es donde se produce el corte de encendido) aunque la velocidad real máxima es de 108,6 km/h. No está mal… pero podría ser mejor, porque esa desarrollo es demasiado corto y con el cambio de piñón a uno de 1 ó 2 dientes más se podría mejorar mucho la moto: el motor rodaría más desahogado, la mecánica se conservaría mejor, bajaría el consumo, menos vibraciones y, por supuesto, se aumentaría sensiblemente la velocidad máxima. Para que te hagas una idea, en sexta con el cuentavueltas a 10.000 vueltas (que es un régimen bastante alto), se rueda a 108 km/h de velocímetro que se corresponden con 97 km/h reales.
A más de 9.000 rpm, el motor tiene unas vibraciones que solo se perciben en los pies con un ligero hormigueo, y que se podrían haber filtrado con un recubrimiento de goma en las estriberas, como sí lo monta las estriberas del pasajero. Posiblemente SWM lo justifique afirmando que es una Scrambler para offroad y que el dentado de sus estriberas metálicas ofrecen mejor agarre con el calzado, pero lo cierto es que se podían haber empleado sistemas con gomas extraíbles como hemos visto en muchos otros modelos de uso mixto carretera-campo.
Fuera del asfalto, el motor se encuentra cómodo con una zona de utilización muy amplia y un escalonamiento del cambio que permite tener una primera muy corta y una sexta larga, y que tampoco se vería afectado por ese alargamiento de desarrollo que recomendamos.
Línea de tierra
Uno de los grandes atractivos de esta Outlaw es su calzado. Acostumbrados a probar neumáticos asiáticos se agradece encontrarnos con unos Pirelli, aunque sean unos Scorpion Rally STR de tacos, porque en asfalto dan mucha confianza por su adherencia que sospechamos va a seguir dándola incluso con lluvia. No hemos practicado “enduro” pero haciendo motoexcursionismo no derrapan ni siquiera con tierra suelta.
Las suspensiones, al menos como vienen de serie, están descompensadas: la horquilla invertida va perfecta. No hace falta que toques la regulación en extensión porque recupera bien con un tarado que es cómodo y firme en las trazadas. Con los amortiguadores no tuvimos ocasión de probar bajando la precarga al mínimo ya que ofrecen un tarado duro que si bien da firmeza sobre asfalto pero que en recorridos offroad transmiten con brusquedad al conductor todas las irregularidades sin absorberlas.
Los frenos cumplen su cometido. Tienen un funcionamiento combinado con una contribución delantera muy suave, casi imperceptible. El disco trasero es fácil de bloquear sin consecuencias, pero el delantero, a pesar de sus 300 mm de diámetro, requiere mucho esfuerzo sobre la maneta para conseguir que muerda con ganas.
En compañía
Prácticamente a la misma altura de asiento del conductor, se encuentra la zona reservada al pasajero, lo que significa que le resultará fácil acomodarse a nuestro acompañante, disponiendo de un mullido cómodo y una superficie ancha. Las asideras laterales se encuentran en una posición accesible con las estriberas muy confortables. A todo esto añade que el motor Bialbero tiene buen empuje desde abajo para iniciar la marcha con el peso añadido de nuestro pasajero.
Con lupa
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El detallazo
En sus tiempos pasados, SWM nunca ha fabricado motores y recurría a fabricantes como Sachs, Rotax o Minarelli. Pero en su nueva etapa actual, SWM lo ensambla con la ayuda de proveedores externos para la fundición y el mecanizado. Entre ellos está Gilardoni que se ocupa de aportar el cilindro. El motor tiene unas medidas internas de 58 x 47,2 mm que lo clasifica como de “carrera corta” más propenso a subir de vueltas con gran rapidez. La denominación Bialbero que se ve en la tapa del encendido se corresponde a la distribución por doble árbol de levas (DOHC) que accionan 4 válvulas. La tapa de balancines está pintada en negro (en color rojo la del mismo motor para uso enduro o supermotard) y su alimentación corre a cargo de un cuerpo de mariposa de 32 mm de diámetro con inyección gestionada electrónicamente por Synerject, todos ellos responsables de que registre una potencia máxima de 15 CV, el límite de lo permitido para el carnet A1 y convalidación coche-moto. Completa el elenco de virtudes una caja de cambios de seis velocidades y la refrigeración líquida con bomba accionada desde el árbol de levas de admisión.
Prestaciones con nuestro equipo de telemetría
Aceleración 0-50 m | 4,71 s (56,9 km/h) |
Aceleración 0-100 m | 7,52 s (70,4 km/h) |
Aceleración 0-400 m | 19,91 s (98,3 km/h) |
Aceleración 0-1.000 m | 40,61 s (106,3 km/h) |
Aceleración 0-100 km/h | 21,60 s (447 m) |
Velocidad máxima | 108,6 km/h |
Consumo | 4,00 l/100 km |
Autonomía | 412 km |
Peso total lleno | 150,7 kg |
Reparto tren delantero | 48,0% |
Reparto tren trasero | 52,0% |
Acabados y detalles Potencia motor Precio |
Anchura manillar Desarrollo corto Información cuadro instrumentos |
Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes |
Rivales directos | FB Mondial HPS 125 | Rieju Century 125 |