• Autor del texto – Antonio Cuadra
  • Autor de fotos – Marta de la Cuadra
  • Autor acción – Pedro Freire
  • Fecha – 01/10/2010

Normalmente tenemos la inevitable tendencia de asociar las motos chinas a una pobre calidad de acabados y fiabilidad. Pero, como todo criterio general, oculta las excepciones, y es de ley rescatar de ese pésimo juicio de valor al Keeway Outlook Sport, porque ciertamente lo merece. También de oriente llega género de primera.


La verdad es que la industria de la moto china nos ha dejado muy malos recuerdos. Cierto es que se ofrecían a un precio que reventaba el mercado, pero, en general y por calidad, daban un mal nivel y, en muchos casos, la empresa que las representaba ha desaparecido, dejando el “marrón” al cliente. Pero no todo lo que viene de China es así. De hecho, cada vez más, las marcas más importantes de la moto están desviando parte de su producción a este país y los resultados de calidad están al mismo nivel que cualquier otro modelo fabricado en Japón, Europa o Taiwán. 

Del mismo modo, hay marcas independientes como Keeway, del grupo Qianjiang que adquirió la italiana Benelli, que demuestran no sólo que son capaces de diseñar un scooter con formas originales y acertadas, sino que también tienen un buen comportamiento con prestaciones de nivel, y todo ello aderezado con un precio “rompedor”. Es más, hasta sentados en su asiento descubrimos que está diseñado para tallas europeas y no tienes que conducir acurrucado, con las rodillas golpeándose con el giro del manillar. Obviamente, no es perfecto y tiene sus detalles que conviene pulir en una futura versión, como el traicionero caballete lateral que se recoge automáticamente, causándote un grave disgusto, o unos picos laterales que hay a la altura de las plataformas-estriberas del pasajero, que te los clavas cuando estás remando en maniobras. Tampoco son muy de fiar los neumáticos chinos CST que, en seco tienen un pase, pero que, cuando caen cuatro gotas, se vuelven un tanto críticos de “grip”. Pero todo ello son ganas de sacarle punta, porque, a la primera de cambio, le montas unas cubiertas occidentales, y si no utilizas la pata de cabra, pues mejor, sobre todo cuando su competencia occidental “asentada” ni dispone de ella como elemento de serie.


A bordo

Al subirte, vas sentado muy cómodo y la sensación en orden de marcha es fenomenal. Se le echa en falta un poco más de superficie en su plataforma plana, porque con un 42 que calzo no consigo esconder bien los pies pensando en el día que caigan chuzos de punta. El asiento también ayuda en ese confort, con un tapizado que evita que te escurras. Los mandos son viejos conocidos de otros modelos; están en su posición correcta con buen tacto. Así, por criticar un poco y sacarle punta, mejorarían las manetas quitándole ese perfil un poco afilado, pero, vamos, que insisto en que voy en plan tiquismiquis.

Es alto y se llega justito al suelo con tallas medias (insisto en que sorprende un tamaño XXL en un vehículo de procedencia china). El tablero de instrumentos está muy bien dotado en cuanto a información, pero lo echa a perder con un diseño ’70 y no muy buena visibilidad: el reloj horario es liliputiense y hay que afinar la vista, así como los niveles de temperatura y combustible, donde el cerco de las esferas principales es demasiado ancho y la escala no se hace ver bien. La llave de contacto es minimalista y, ya que sacamos el tema, cuidado con la posición “P” de la cerradura porque, a nada que te despistes al bloquear la dirección, la dejas activada con las luces encendidas y te la encuentras sin batería a la vuelta. Si te decides por el Outlook, dile al mecánico que te desconecte esa posición cuando pases la primera revisión.

El motor es digno de elogio: un dos válvulas refrigerado por agua capaz de pasar de largo la barrera de los 100 km/h de velocidad máxima. No sube de vueltas con alegría, pero empuja bien y no vibra ni hace ruidos. Es capaz de llegar a las 10.000 vueltas –que es donde empieza la zona roja del cuentavueltas- registrando en nuestro equipo de telemetría los 106,7 km/h, lo que le permite salir por carretera abierta sin complejos y con una muy buena estabilidad.


Línea de tierra

En lo que respecta a suspensiones, cumple. Muy bien por la horquilla delantera, pero la suspensión posterior, aunque muestra el tarado perfecto, peca de falta de un hidráulico que atenúe las irregularidades, y es la responsable de un ligero “flaneo” cuando le fuerzas. Por frenos va muy bien dotado. Los discos en ambos ejes dan potencia de sobra, e incluso tienen clavada final a pesar de montar unos latiguillos no metálicos. El trasero se sitúa en el centro de la rueda y acusa el “achicharramiento” por falta de refrigeración cuando abusas demasiado de él. De los neumáticos, ya ha quedado dicho todo.

 

En compañía

El Outlook puede ser una buena opción cuando necesitas un scooter para disfrutarlo con la compañía asidua de un pasajero. Espacio hay para compartir perfectamente, gracias a sus generosas dimensiones, y, por el confort, ya hemos apuntado que da gusto viajar en este scooter.

Si ya empezaba a ser crítica la altura del asiento para el conductor, el acompañante lo va a sentir más, ya que deberá “trepar” apoyándose en una de las estriberas. Es la única pega que va a poner, porque, una vez acomodado, se encontrará a sus anchas con los pies apoyados en unas estriberas plataformas plegables y las manos agarradas a las asideras de las prolongaciones laterales del portabultos.

Las suspensiones y el motor no acusan fuera de lo normal el peso de dos personas: se puede conducir con comodidad y seguridad suficiente. Lo malo es que, al bajarse, los cascos los tendremos que llevar cada uno en su mano porque el hueco debajo del asiento es demasiado pequeño para estos menesteres. Es un mal muy extendido entre los llamados “ruedas altas” del mercado internacional, no sólo del chino.


Con lupa

Otro punto a revisar para una futura renovación es el cuadro de instrumentos, no porque dé poca información –todo lo contrario-, sino por su diseño poco acertado y por la falta de claridad para leer elementos como el reloj y los niveles de gasolina y temperatura. Este es el saliente lateral del extremo posterior del suelo. No tiene ninguna utilidad y te clavas su punta cuando haces maniobras. Aún a riesgo de ser pesados, ojo con la pata de cabra: se recoge sola y te puede dar un disgusto. Los neumáticos CST son un tanto delicados: te confías en seco y cuando llueve llegan los sustos. Con lo que te has ahorrado en la compra del Outlook, píllate unas cubiertas occidentales. Por frenos va muy bien.
La versión Sport aporta muchos detalles, como el elegante color negro a dos tonos y el doble cosido del asiento en hilo rojo. El tapizado es antideslizante y se estrecha en su parte delantera para permitir llegar mejor al suelo. La mecánica refrigerada por agua no apura los 15 CV, pero da muy buenas prestaciones. Integra en su unión con la rueda un freno de disco de 240 mm, pero prescinde del pedal de arranque, aún manteniendo el carburador. El Outlook cuenta con guantera central con cerradura. Ojo con la cerradura de contacto: incluye una posición ‘P’ más allá del bloqueo que deja las luces de posición encendidas, con el consiguiente peligro de descargar la batería.
El panorama debajo del asiento es muy parecido al que te encuentras en cualquier rueda alta: tapón de llenado del depósito de combustible y un reducido hueco mal llamado “para guardar el casco”. El frontal delantero tiene personalidad propia. Cuenta con doble óptica, con sendas bombillas halógenas y, encima de ellas, la luz de posición. Los intermitentes se sitúan en el manillar. A la vista está que la parrilla portabultos es sólida y dispone de buena superficie de apoyo. Se prolonga lateralmente en asideras. La tulipa trasera es completamente roja, envolviendo piloto e intermitentes.


 El detallazo

Sí, ya sabemos que le hemos sacado los colores al Outlook, pero lo cierto es que hemos sido bastante criticones y, en realidad, no dejan de ser defectos leves, y mucho más cuando compruebas en el escaparate del concesionario Keeway que cuesta, tan solo, 1.899 euros (incluso 100 menos para la versión no Sport), incluyendo, además, la promoción del seguro gratuito por un año. Ese es el verdadero detallazo del Outlook, porque por lo que cuesta un scooter de rueda alta con refrigeración por aire forzado, Keeway te da uno refrigerado por agua, capaz de alcanzar casi 107 km/h reales en llano (al borde de los 120 de velocímetro), con frenos de disco en ambos ejes, un buen comportamiento, y con un tamaño y presencia propia de un scooter de mayor cilindrada. Como te decíamos al principio, el Outlook es género de primera, a la altura de muchos scooters occidentales.

Prestaciones con nuestro equipo de telemetría

Aceleración 0-50 m 5,09 s (52,5 km/h)
Aceleración 0-100 m 8,14 s (64,7 km/h)
Aceleración 0-400 m 21,21 s (95,3 km/h)
Aceleración 0-1.000 m 42,28 s (104,9 km/h)
Aceleración 0-100 km/h             24,97 s (502 m)
Velocidad máxima 106,7 km/h
Consumo 4,64 l/100 km
Autonomía 160 km
Peso total lleno 145,2 kg
Reparto tren delantero 38,8%
Reparto tren trasero 61,2%

 

 

Precio muy competitivo
Prestaciones motor
Comportamiento
Neumáticos delicados
Picos laterales molestos
Caballete lateral traicionero

 

 

Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio


 Ver FICHA TÉCNICA/EQUIPAMIENTO/PRECIO del Keeway Outlook Sport 125

 

 

Rivales directos Aprilia Scarabeo 125 ie
Aprilia SportCity Cube 125
Derbi Rambla 125
Honda Scoopy SH 125
Kymco People 125 GTi
Peugeot Geopolis 125 Premium
Piaggio Beverly 125 ie
Piaggio Beverly Tourer 125
Suzuki Sixteen 125
SYM HD 125 Evo
Yamaha X-City 125

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