
14 sept 2025
Yamaha R125 '25 - MotoGP Urbano
Autor del texto: Antonio Cuadra·Autor de fotos: AC·Autor de acción: Alejandro Rivero
|Autor del texto: Antonio Cuadra|Fotos: RM/AC|Acción: Roberto Moreno/Fortunato Sanz/Jorge Moreno|COMPARATIVAS
Los diseños “retro” o “vintage” tienen un encanto especial para moverse a diario en una ciudad. Sobre todo por la simpatía que rebosan sus formas redondeadas evocando a los que circularon por las mismas calles hace ya más de tres décadas. Por supuesto, detrás de esa fachada estilo años setenta encontramos las soluciones tecnológicas de los scooters actuales, con el denominador común en los tres modelos que reunimos para esta ocasión, de la practicidad de disponer de un baúl trasero para satisfacer las necesidades de carga del día a día.
En el mundo del motor, el estilo de los años sesenta o setenta tiene un atractivo especial. Lo hemos comprobado en los coches con las reediciones de los Mini, 500 o Escarabajo, y también parece que funciona en el mundo de la moto y, en especial, en el de los scooters. Ahí esta la Vespa en su multitud de variantes, el renacimiento de la Lambretta, la apuesta de LML en este terreno y nuestros tres protagonistas.
Y es que, con la salvedad del superventas Honda PCX, nuestro mercado opta por la estética retro para vestir a los scooters urbanos. Es una vuelta a los orígenes, a los años en los que los scooters poblaban las calles adoquinadas de nuestras ciudades como solución al transporte personal para una inmensa mayoría a los que les era muy difícil aspirar a un coche propio. Ahora las cosas han cambiado, y la fórmula del scooter se impone por otros motivos: el coche se ha masificado y resulta casi imposible emplearlo para el día a día no solo por la falta de aparcamiento gratuito sino por las congestiones de tráfico. Pero es que también el scooter de 125 cc se puede conducir con el carnet de coche sin pasar ningún examen o trámite adicional y, en estos tiempos difíciles, resulta una solución muy económica tanto en la adquisición como en el consumo y mantenimiento.
Las tres opciones que te presentamos en esta comparativa no superan la barrera de las 300.000 antiguas pesetas (1.800 euros) incluso hasta mucho menos, y se desenvuelven como pez en el agua en las calles más congestionadas de una gran ciudad por su ligereza y agilidad. Y para que nos olvidemos del coche, aportan un plus de serie en cuanto a capacidad de carga: un práctico baúl trasero en el que se da cabida sin problemas a un casco integral e incluso otros objetos de menor tamaño compartiendo espacio.
Memoria histórica
Ninguna de las tres marcas aquí representadas tiene solera para reeditar modelos “gloriosos” de otras épocas como ocurre con Vespa y Lambretta. Son marcas con poco más de 30 años de experiencia, que se iniciaron en sus mercados corano (Daelim) y taiwanés
(Kymco y SYM) de la mano de Honda (un buen maestro para aprender) con modelos eminentemente prácticos y escaso carisma como para volverlos a recordar en una serie especial. Así que han optado por diseños de inspiración genérica.
Daelim, por ejemplo, opta por las formas redondeadas de los scooters retro japoneses de los ’70. Incluso recurre para el Besbi a las ruedas de 10 pulgadas tan extendidas en aquellos tiempos, así como a la suspensión delantera por bieletas oscilantes que popularizó Honda (sistema TLAD) y que aprovecha la reacción del freno para evitar el típico hundimiento del tren delantero y aportar seguridad. Sobre esa base, Daelim añade muchos cromados (cerquillos del faro y tablero de instrumentos, extremos de las empuñaduras y molduras del pìloto posterior y cubre bieletas) y el detalle de la calandra en el escudo frontal de neta inspiración automovilista.
Kymco encarga el estilo del Like a un diseñador italiano, Massimo Zaniboni, de cuyo lápiz surgió también el SuperDink. Obviamente, Massimo recurre para el Like a los recuerdos de su tierra y, sobre todo, encuentra en las antiguas Lambretta el motivo de su inspiración sobre todo por las formas alargadas de los falsos cófanos laterales con esas branquias en sus partes delanteras para la entrada de aire. No se abusa tanto de los cromados como en el Besbi, pero sí los encontramos en los contrapesos del manillar y en el cerquillo del faro. El resto de las piezas metalizadas (las antes mencionadas branquias, tablero y las asideras laterales) tienen un acabado mate.
Y, por último, el Fiddle II de SYM también opta por el diseño italiano (recordemos que cuenta con un Centro de Diseño propio en este país) pero más aséptico, sin ninguna inspiración (aunque ahí están los falsos cófanos con formas curvadas y el parabrisas delantero) y casi tan pocos recursos cromados como su compatriota el Like. Por ello, es casi el menos “retro” de los tres y para el que quiera más estilo “vintage” cuenta en su catálogo con el Alló, aunque sin el baúl trasero equipado de serie.
A los mandos
Los tres “retros” ofrecen un puesto de conducción cómodo y amplio. El que nos parece más cómodo con diferencia es el del Fiddle, con una holgada altura del asiento respecto a la plataforma para apoyar los pies y sin problemas para llegar al suelo si es que mides más del
metro sesenta y cinco. Sin duda, para los más altos es la opción más adecuada.
Muy cerca de esta cómoda postura se encuentra el Besbi, pero dado que utiliza ruedas de pequeño diámetro y que su plataforma está próxima al suelo (será fácil golpear los bajos al subirla a los bordillos), no habrá ningún impedimentos para que los menos altos “echen el ancla”.
El caso del Like es un tanto particular ya que con los 790 mm de altura del asiento resulta fácil hacer pie, pero subiéndolos a la plataforma te encuentras un tanto encogido con las rodillas por encima de la base del asiento y con el lógico miedo de que se te va a caer lo que lleves en los bolsillos. Hay espacio por delante de las rodillas para no golpeárselas y eso evita que resulte demasiado incómoda la postura.
Enérgicos
Los tres modelos coinciden en ofrecer unas mecánicas sencillas tanto por utilizar el sistema de aire forzado para la refrigeración como por la culata de dos válvulas y alimentación por carburador; de ahí que los tres utilicen pedal de arranque para la puesta en marcha como alternativa al motor de arranque cuando la batería pase a mejor vida. Recordamos que, en motores con transmisión automática, es imposible el arranque a “empujón”.
Pero además de ser mecánicas sencillas, son archiprobadas desde hace tiempo en otros modelos ya extinguidos de las marcas. Así, la que utiliza el Besbi ya la conocíamos de los míticos scooters NS, la del Like del Movie/Vivio y la del Fiddle II del I pero con el aliciente de emplear un exclusivo recubrimiento cerámico en la camisa del cilindro que no solo reduce el desgaste sino que también proporciona más compresión por ajuste con el pistón y minimiza las posibilidades de gripaje. En cualquier caso, y como habrás podido deducir, se trata de motores fiables y que no suelen presentar problemas en el uso diario.Aceleran con muchas ganas, pero a la vista de las gráficas de aceleraciones, el sistema cerámico del SYM parece ser muy efectivo no solo registrando las mejores aceleraciones desde parado sino también en velocidad máxima, pasando por los pelos la barrera de los 100 km/h. A muy corta distancia del Fiddle se queda el Like.
El Besbi queda muy limitado por las ruedas de 10 pulgadas. Su fabricante prefiere limitarlo en velocidad para no comprometer la escasa estabilidad típica de las ruedas de 10 pulgadas a alta velocidad. De ahí que no le guste salir por carretera abierta y su hábitat quede reducido casi exclusivamente a los desplazamientos urbanos.
Armas de ciudad
Aunque el Like y Fiddle permitan por velocidad máxima alguna salida esporádica por carretera abierta, el medio natural de los tres es la ciudad. Aquí, las ruedas de 10 pulgadas del Besbi frente a las 12 del Like y Fiddle marcan diferencias en cuanto a manejabilidad, pero en ningún caso ofrece un comportamiento nervioso ya que cuenta con un centro de gravedad muy bajo y adelantado, por la situación de su depósito de combustible bajo la plataforma para apoyar los pies.
A destacar también el bajo peso que registró en nuestra báscula: 103 kilos con ese depósito de cinco litros lleno. Con ese handicap, va sobrado en dotación de frenos, a pesar de que en su tren posterior encontremos un clásico tambor de 110 mm y un disco delantero de pequeño diámetro.
Por su parte, el Fiddle es muy equilibrado, respondiendo con nobleza a cambios de dirección o a giros rápidos si vas con prisas y así lo deseas. Dadas las prestaciones que desarrolla, el freno trasero de tambor con las mismas dimensiones del Besbi resultan insuficientes sobre todo cuando se le aprieta el ritmo. Como el Besbi ofrece un tarado de suspensiones tirando a blandito para reforzar el confort de marcha.
Kymco hace un gran esfuerzo dotando a su Like con un freno posterior de disco que además está bien ventilado para que no se fatigue ni en uso continuado. No hay color si lo comparas con un freno de tambor y, en pleno siglo XXI, debería ser obligado sobre todo en los scooters que, por la transmisión automática, no tienen retención y se tiende a abusar más de él. Tiene potencia de sobra y buen tacto para dosificarla. En cuanto a suspensiones, va correcto de tarado delante pero algo duro de atrás (ni siquiera en la posición más blanda de precarga).
Retro-alimentados
Con una buena capacidad de carga, un scooter de 125 cc no solo soluciona los desplazamientos personales de puerta a puerta en las ciudades sino también los pequeños recados. Y el baúl trasero empleado en estos tres modelos ayuda mucho en estas tareas. La verdad es que se ha recurrido a este elemento porque, a pesar de que calzan ruedas pequeñas, el espacio bajo el asiento no está bien resuelto en cuanto a fondo y no cabe un casco integral, ni siquiera uno abierto (con la excepción del Fiddle). En el baúl hay espacio de sobra para cualquier talla de casco integral, y con él en la cabeza, liberamos espacio para la carga. Eso sí, no te pases cargando cosas pesadas porque, lo habitual es que el fabricante no permita superar los 10 kilos de peso, tanto por la resistencia de la parrilla, como para evitar que no afecte al reparto de pesos.
El baúl va acabado en el mismo color del scooter y cuentan con cerradura unificada con la de contacto Kymco y SYM.
Complementando al baúl en cuanto a capacidad de carga, el hueco bajo el asiento en donde podremos llevar un casco demijet para un ocasional pasajero, la guantera central con cerradura tras el escudo (solo en el Kymco Like y con toma de corriente para cargar el móvil) y la plataforma plana para apoyar los pies en los tres.
A dúo
Cualquiera de los tres acepta de buen grado la compañía de un pasajero. En mejor medida, el Besbi y el Like ya que disponen ambos de estriberas desplegable para que nuestro acompañante apoye los pies, mejor que las fijas del Fiddle que obligan a arquear las piernas con los pies hacia dentro. A destacar el sistema de despliegue automático del Like simplemente presionando un botón con el mismo pie: no hay que agacharse ni sacar las estriberas con la punta de los dedos.
Hay algo menos espacio para sentarse en el Fiddle que en sus rivales y, además, en éste conviene endurecer la precarga de su único amortiguador por el peso extra.
El baúl no lo pondrá fácil para acomodarse ya que no se puede pasar una de las piernas sobre él, pero sí que servirá como respaldo, siempre que se disponga de acolchamiento (caso del Fiddle y Besbi).
Gráficas prestaciones
(Haz click en la imagen para ampliar)
El motor del SYM tiene mucho que decir, y lo empieza demostrando con las mejores aceleraciones cortas. El Kymco Like resulta un poco perezoso al principio pero después remonta casi alcanzando al SYM. Algo más descolgado queda el Besbi y la diferencia se agrava en las distancias largas.
La menor velocidad máxima del Besbi queda también patente en el registro de aceleración del kilómetro. Donde sí que saca ventaja es en el peso, obteniendo un 15% menos (muy signmificativo) respecto a su inmediato rival el Fiddle y repartiendo mejor esos poco más de 100 kilos en los dos trenes.
El consumo del Like es el más elevado de los tres pero lo compensa en visitas a la gasolinera con una capacidad de depósito mucho mayor que la de sus rivales (7,5 litros frente a tan solo 5). El bajo precio del Besbi es un hueso duro de roer para los modelos taiwaneses. Les saca más de 500 euros de diferencia y eso hace que le perdones algunos defectillos o carencias.
Con todo detalle
(Haz click en la imagen para ampliar)
Tableros
Ruedas delanteras
Ruedas traseras
Faros
Pilotos traseros
Motores
Bajo los asientos
Estriberas pasajero
Plataformas
Patas de cabra
Piñas y empuñaduras derechas
Piñas y empuñaduras izquierdas
Baúles por fuera
Baúles por dentro
Toque personal
Daelim Besbi 125
Kymco Like 125
SYM Fiddle II 125
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Pruebas Individuales | ![]() ![]() ![]() |
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Los datos de esta prueba han sido medidos en moto125.cc con nuestro propio equipo de telemetría y no proceden de terceros.
Aceleración 50 m | Aceleración 0-400 m |
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Consumo | Precios (IVA incluido sin matriculación) |
Aceleración 1000 m | Peso con depósito lleno |