• Autor del texto – Antonio Cuadra
  • Autor de fotos – AC
  • Autor acción – Dolores Canales
  • Fecha – 29/11/2010

El Bigfoot es un ser legendario que la comunidad científica se niega a admitir, ya que no existe ninguna prueba convincente de su existencia. Sin embargo, en el mundo de la moto, el término Bigfoot o “pies grandes” le va que ni pintado a esta Van Van 125, una simpática trail con “ruedas gordas”, tan real que está en el catálogo de Suzuki y la hemos probado para moto125.cc.


Suzuki Van Van 125 Al igual que el Bigfoot, la Van Van de Suzuki es toda una leyenda, pero en este caso totalmente viva y verídica. Y es una leyenda, porque su concepto se “inventó” allá por 1972 con motor dos tiempos y en las cilindradas de 50, 75, 90 y 125 cc. Aquella Van Van (RV en clave doméstica de Suzuki y cuya denominación significa en japonés “Más y más”) calzaba unas enormes y gruesas ruedas de 14 y 12 pulgadas (las versiones de menos de 125 cc recurrían a diámetros más pequeños), y un diminuto depósito de 4,7 litros.

Suzuki Van Van 125

Ese nuevo concepto se adelantó a su tiempo, porque no cuajó bien y se dejó de producir nueve años después. En la década de los ’90, las Van Van empezaron a cotizarse muy bien en el mercado de ocasión americano y japonés, lo que hizo meditar a Suzuki decidiéndose a resucitarla en 2003 con el aspecto que actualmente conocemos y, en cierto modo, adaptada a las exigencias legales: motor de cuatro tiempos -menos contaminante que el de dos- y depósito con capacidad para tres litros más de gasolina. Desde 2003, tan solo ha cambiado Suzuki anualmente los colores y decoración, con la excepción de la inyección electrónica que se introdujo en la serie de 2007.

Como ves en las fotografías, la Van Van rebosa simpatía por todos los lados. Estéticamente es una especie de “caricatura” de una moto de trail: los neumáticos –y en especial el trasero– con una gran sección de 180/80 (una custom como la Intruder 1800 calza 170/80), baja altura en general y un depósito que intenta parecer pequeño al estar pisado en buena parte por el asiento. De equipamiento va justita, justita. La instrumentación se reduce a un simple reloj velocímetro situado asimétricamente a la izquierda del centro del manillar. Es analógico con totalizador y parcial de kilómetros (se agradece este detalle), con cinco testigos luminosos. El tapón de gasolina dispone de cerradura, las estriberas están recubiertas de goma (para filtrar las ya de por sí nulas vibraciones del motor, ya lo adelantamos), y una parrilla portabultos trasera de varillas que sirve de soporte a los intermitentes traseros y de asideras al pasajero.


A bordo

Suzuki Van Van 125

Por bajo que seas, sus 770 mm de altura del asiento te lo ponen facilísimo para apoyar las dos plantas de los pies en el suelo e, incluso, doblando las rodillas. Es una postura que da confianza a los que se inician en el mundo de la moto, porque controlas “echando el ancla” con facilidad y que, en campo, permite “remar” para ayudar a superar cualquier obstáculo. Lo único malo es que las estriberas se encuentran a la altura de las pantorrillas y molestan un poco al mover las piernas.

Suzuki Van Van 125

Dispuestos a iniciar la marcha, la Van Van es un auténtico tresillo en los que te apoltronas delante de la televisión. Obviamente, no cuenta con respaldo, pero su banqueta es amplia de superficie –estrechándose exageradamente hacia delante para hacer pie sin despatarrarse- con un mullido correcto que se endurece a partir de la media hora de uso. El manillar también contribuye en esta relajada postura, con los mandos en su lugar preciso y sobrada anchura para controlar la dirección en uso “offroad”y que obliga a estar atento para no golpearlo con los retrovisores de los coches si haces pescadillas urbanas. Precisamente, en este hábitat, la Van Van es una moto de paseo ideal, aunque con la baja luz al suelo (altura mínima de 215 mm) sorprende que no encontremos los bajos de los cárteres protegidos convenientemente, no solo por una chapa que lo cubra, sino también por que la cuna del bastidor está interrumpida y no dispone de ningún tubo que reciba los golpes. En esa desprotección campestre hay que criticar también que la palanca de cambios no disponga de punta articulada que la salve en una posible caída.

Quizá nos empeñemos en encuadrarla como trail, pero la propia Suzuki prefiere clasificarla en su web como Carretera, junto con modelos naked como la GSR600 o Gladius. Lo cierto es que, sobre asfalto, no le hace ascos a moverse en horas punta, con cierta agilidad y muy buena maniobrabilidad, pese al aspecto pesado de las ruedas.


Línea de tierra

Suzuki Van Van 125

En lo que a suspensiones se refiere, la Van Van es un colchón que se lo traga todo. Tanto la horquilla como el único amortiguador posterior ofrecen un tacto blandito, pero sin llegar a flanear en curvas. En ese símil de colchón, también pone su granito de aire el ruedón trasero, ya que el gran balón de aire también hace de elemento elástico. Por frenos, la Van Van cumple muy justita. Le salva un poco el freno de disco delantero de 220 mm, pero el tambor trasero no da la potencia suficiente. En plan tranquilo pase, pero es que la Van Van también se desenvuelve bien por carretera abierta, aunque se queda a las puertas de los 100 km/h, algo que pocas trail con motor refrigerado por aire se atreven a sobrepasar y, para más inri, con unos neumáticos de mucha superficie de rodadura.


En compañía

Suzuki Van Van 125

Por ancho, el asiento del pasajero es confortable, pero siempre que el conductor se adelante un poco (hacia delante hay asiento de sobra, aunque resulta una postura menos natural). Resulta fácil de acomodarse gracias a su baja altura, descansando los pies en unas estriberas, también recubiertas de goma, que disponen de protecciones para que los pies no se cuelen hacia dentro y rocen con la rueda trasera. La parrilla portabultos dispone de unas prolongaciones laterales que hacen de asideras, que para trayectos no muy largos tienen un apaño, aunque no son nada cómodas.


Con lupa

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Suzuki Van Van 125 Suzuki Van Van 125 Suzuki Van Van 125
Observa la anchura del guardabarros posterior marcada por el grueso neumático trasero. Sobre él encontramos un portabultos tipo parrilla, que sirve de soporte para los intermitentes y se prolonga hacia adelante con asideras. Un poco oculto por el lateral izquierdo encontramos este gancho con una cerradura que utiliza la misma llave de contacto y del que mejor no fiarse para dejar nuestro casco sujeto de la hebilla cuando dejamos aparcada la Van Van. Las estriberas del pasajero están generosamente recubiertas de goma para filtrar las escasas vibraciones que emite el motor. Además cuentan con un tope lateral para que el pie del pasajero no se cuele hacia la rueda trasera.
Suzuki Van Van 125 Suzuki Van Van 125 Suzuki Van Van 125
Solo existe un único amortiguador muy escondido anclado directamente al basculante. Carece de cualquier ajuste aunque su funcionamiento es correcto para todo uso, incluyendo pasajeros de peso. El depósito de gasolina cuenta con una capacidad de tan solo 7,5 litros (mucho más que el de las primeras Van Van). Pensando en uso urbano, el tapón dispone de cerradura, aunque no de bisagra. El único apoyo para aparcar es la pata de cabra o caballete lateral. Es muy estable, no se pliega sola y cuenta con cortacorrientes de seguridad cuando está extendida.
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El mismo acolchado de goma de las estriberas del pasajero lo encontramos en las del conductor. Se les exigiría un dentado a su alrededor y punta articulada de la palanca de cambios para ser una buena trail. La rueda delantera también tiene su “gordura” aunque con el diámetro de 18 pulgadas se disimula más. El neumático es un Dunlop K180 con dibujo “enladrillado”. La “obesidad” del tren delantero queda más que patente por unas tijas que separan más de lo habitual las barras de la horquilla. El faro no se sujeta a las barras, sino por medio de una pletina a la tija inferior. La bombilla es halógena.
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Los bajos del motor están completamente indefensos de los “peligros” típicos del uso offroad a los que se enfrenta cualquier trail. Obviamente sobre la arena de playa no hay problema. En cambio el colector del escape sí que está correctamente protegido discurriendo por el lateral derecho por encima del cárter. El tubo de gasolina que va a la bomba está bien protegido por una funda metálica. El freno delantero es un disco de tan solo 220 mm con pinza de doble pistón firmada por la japonesa Tokico y con latiguillo de goma. Es algo a mejorar en futuras versiones.
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También el pedal de freno queda muy expuesto a golpes contra piedras en un uso offroad de la Van Van. Fíjate también que la estriberas del conductor disponen de un tope para evitar que el pie se cuele dentro. El carburador de las primeras versiones se ha sustituido por un cuerpo de mariposa con inyector. En primer término se puede ver la ruleta que mueve el puño del acelerador. La tapa lateral derecha se fija por un tornillo que se puede aflojar con una moneda. En su interior se puede ver la caja de herramientas (izquierda), la electrónica de la inyección y el filtro del aire. Por el lado izquierdo se encuentra la batería.
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Si eres manitas, con la dotación de herramientas que se entrega de serie serás capaz de solucionar cualquier problema: alicates, destornillador plano y estrella, llaves allen y fijas y una de estrella para el eje de las ruedas. El silenciador de escape resulta muy aparatoso por las protecciones que lo cubren. En ningún caso llega a molestar ni al conductor ni a su pasajero. El freno trasero se confía en un tambor de 110 mm. Cumple yendo tranquilo pero se queda justo a alta velocidad. Además hay que estar atento a su tensión.
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Desde esta perspectiva se aprecia más el “ruedón” trasero de la Van Van. Para que te hagas una idea, la sección es aún mayor que la de la custom Suzuki Intruder de ¡1.800 cc!. La Van Van todavía no se ha adaptado a la tecnología LED. El piloto trasero es diminuto y cuenta con toque cromado que también se incluye en los cuatro intermitentes. Todos los mandos tienen un tacto muy agradable y están situados en las posiciones adecuadas. La piña de conmutadores izquierda incluye, además, un interruptor de “warning” (intermitentes de emergencia).
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Los espejos retrovisores rompen con tradicionalismos al tener forma cuadrada. Su funcionamiento no merece ninguna crítica. La piña derecha elimina el interruptor de luces y los deja a “piñón fijo”. Además incluye el botón de arranque y cortacorrientes. En los extremos del manillar encontramos sendos contrapesos. El reloj principal del cuadro de instrumentos no se encuentra centrado, sino desplazado hacia la izquierda. Es completamente analógico y dispone de cuentakilómetros parcial. Hay dos testigos dentro del reloj y tres más en la base.

 

 El detallazo

Suzuki Van Van 125

Sin lugar a dudas, el mejor detallazo de la Van Van es su motor, responsable de poder mover, con cierta alegría, la resistencia de rodadura de los ruedones de 130/80 y 180/80 que calza. El grupo termodinámico proviene del que empleaban sus ya desaparecidas hermanas la Marauder y DR-SM, de 12 CV, inyección electrónica y refrigerado por aire de marcha con una sencilla culata OHC de 2 válvulas. Pero más destacable es la caja de cambios de seis velocidades, algo nada habitual en motores de aire y que deberían proliferar, porque le sacan más rendimiento al motor. Cuenta con una primera para “subir paredes” en excusiones campestres, con un escalonamiento tirando a cerrado para mantener el motor siempre en su punto en uso urbano. La sexta permite rodar de forma desahogada en carretera.


Prestaciones con nuestro equipo de telemetría

Aceleración 0-50 m 4,96 s (53,8 km/h)
Aceleración 0-100 m 7,93 s (66,7 km/h)
Aceleración 0-400 m 21,09 s (92,0 km/h)
Aceleración 0-1.000 m 43,67 s (95,5 km/h)
Aceleración 0-100 km/h NO LLEGA
Velocidad máxima 98,9 km/h
Consumo 3,88 l/100 km
Autonomía 193 km
Peso total lleno 130,0 kg
Reparto tren delantero 46,5%
Reparto tren trasero 53,5%

Suavidad de funcionamiento
Altura de asiento
Seis velocidades
Protección offroad
Equipamiento justo
Precio elevado

Ficha técnica/ Equipamiento/ Precio/ Galería Imágenes


 Ver FICHA TÉCNICA/EQUIPAMIENTO/PRECIO/IMÁGENES de la Suzuki Van Van 125

Rivales directos Beta Alp 125
Beta Urban 125
Gas Gas TX 125 Randonnè
Hyosung RT Karion 125
Mash Scrambler 125
Rieju Tango 125
Scorpa X-Ride 125
Sherco XY 125
Sumco Surf VR 125
Sumco T-Rex 125

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